Transportarse al mundo de los sueños y volar entre nubes de algodón. Ahora tengo tres años y estoy sentada con mi hermano, viendo la tele y comiendo galletitas mientras me hace cosquillas. Abro los ojos y veo la puerta de mi habitación, me encuentro frente al espejo con mis casi 18 años y solo vuelo entre las sábanas.
Que lindo es soñar.
(Bendita fiebre, amén a la locura)
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