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Pasaba por acá, y hace tiempo que no lo hacía. No volveré a presentarme, todo lo dicho, dicho está, no vale la pena volver a aclarar. Si bien de tratos y contratos soy especialista, de alquimista con tu alma me ganaría la vida. No hablemos de amabilidades, ya no hago caridades, no quiero divertirme a costa de tus bondades. Quiero ver fuego en tus ojos, alivio en tus venas, tengo que ver como dejas correr la cadena. ¿Seguís apostando al hielo? ¿Seguís viviendo por amor al invierno? Vamos, si bien disfruto lo que hago, necesito ir variando. Serías la muñeca que me falta, con ese toquesito de porcelana cara perfecto para adornar mi grava, y la ingenuidad de una oveja. Apiádate de mi, oh hermoso angelito ¿De verdad tenés ganas de verme hilando finitio? Si de algo estoy seguro es de que puedo convencerte, mirate, ahí sola entre toda esa gente, desamparada y sin rumbo, enemistada con el mundo. Puedo sentir la duda en tu aliento, si hay algo a lo que estoy atento es a cada uno de tus movimientos. Oh muñequita, ilusa, frágil, marchita... Dile que si a este pobre descarriado. Te prometo que el verano aún no ha acabado.