Seguidores

lunes, 16 de agosto de 2010

Preso político, esclavo de la sumisión. Tentadoras muestras de lealtad hacia aquella nefasta condición. Una brisa que, con un par de violines, nos trae una nueva sinfonía, un sin fin de letras y una misma poesía. Caído en guerra, no hay guitarra que lo ampare, dolor de saber que el alma no fue suficiente, guerra de caretas que aún sigue presente. Bullicio de voces, contrabajo y dos tenores; más cerca de una opera que de un tango sin razones.
Danzando le quito hierro a los grilletes, cantando le saco el tinte a mis esposas, mirándote a los ojos te convierto en parte de esta locura de hielo y rosas.
Hoy te agarro de las manos y te pido confesiones, guiándote por el camino más tortuoso, lejos de los corazones. Me limito a verte reír cuando todavía pensas en mil guerras, me limito a llorar cuando en tus ojos veo el muere de aquellas g e m a s.
Otra vez pedimos libertades, sin pesar te pido oportunidades. Contaré hasta tres imaginando que cuando amanezca, no habrá grillete que en tu alma haga fuerza.
Preso político, esclavo de la sumisión, dejate de guerras, del protocolo me encargo yo. La opera sigue tocando, aquel tango sigue gritando, ya no bailo con mil razones, solo sigo cantando.

2 comentarios: