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miércoles, 27 de octubre de 2010

Emociones compartidas, posturas no definidas, tal vez desacuerdos... Nadie puede juzgar si fue bien, si fue mal, tan solo hablar de lo que a cada uno le tocó contar.
No tiene sentido vivir una vida vacía, una existencia sin convicciones, donde las creencias y las pasiones no tengan lugar ¿Para qué vivir así?
Prefiero una vida corta, pero llena de pasiones, peleando por cada uno de mis pensamientos, manteniéndome firme en lo que sienta, prueba y error, viviendo por amor.
Y eso es lo que dejaste, más allá de lo que otros piensen, hoy hablo desde acá, desde mi cabeza, que toma lo que queda, y suelta lo que se va.
Fuiste madre y abuela, albañil y rey, ejemplo para muchos, odio eterno para otros.
Al gran pueblo argentino, salud.
[Y a vos, gracias]

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